En este texto se examina la alteración de la subjetividad kantiana propuesta por Jean-Luc Marion. Marion cuestiona la noción de un sujeto estable y autónomo, argumentando que el sujeto debe estar en constante relación con lo saturado y lo otro. Rechaza la idea de un yo cogito cartesiano y busca una reconcepción del ser en relación con el otro y lo trascendente. Marion destaca la importancia del amor como centro de la subjetividad y plantea que el sujeto no busca tanto su subsistencia como el amor y ser amado. El texto explora las implicaciones de esta perspectiva en relación con la temporalidad y la manifestación fenomenológica. Marion propone una reconfiguración del sujeto que se revela en la relación con lo saturado y la co-constitución con el otro.