En el marco de la teoría evolutiva del desarrollo moral, Carol Gilligan formula una ética del cuidado que amplía y complementa la ética de la justicia de Lawrence Kohlberg. Su propuesta surge de la constatación del sesgo androcéntrico presente en la teoría kohlbergiana, construida sobre muestras exclusivamente masculinas. Frente a este universalismo abstracto, Gilligan reivindica las voces silenciadas y propone una concepción relacional del juicio moral, en la que la empatía, la responsabilidad y la interdependencia se reconocen como fundamentos éticos esenciales. En una etapa posterior de su pensamiento, expresada en In a Human Voice, la autora abandona la oposición entre justicia y cuidado para concebirlos como dimensiones complementarias de una misma racionalidad moral. La presente investigación muestra que la ética de la compasión no sustituye a la justicia, sino que la amplía, articulando la imparcialidad normativa con la sensibilidad hacia la vulnerabilidad humana. De este modo, la moralidad se redefine como un proceso dialógico en el que razón y afectividad convergen en la construcción de una ética verdaderamente humana.